Oficina comercial de Lan en Quito, 9:00 de la mañana: mi única opción era salir esa noche en el vuelo de las 21:45, que si existía para el viernes y pagando un buen toco de guita. Más tarde, fuimos con Valeria (genia total) a pasear un poco para distendernos de semejante estado de locura. Fuimos a la Capilla del Hombre del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.
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