Volví a Rio de Janeiro después de unos cuantos días en Argentina. El reencuentro con la familia, los/as amigos/as, las mascotas nativas, vecinos/as y demás personajes recargaron las pilas para comenzar con más energía este 2008. Lamentablemente y, como suele suceder, me quedaron varias personas en el tintero que no logré ver. A ellas, mis disculpas y prometo que nos veremos pronto. Tal como anunciaba en post anterior, el asado, el vittel toné de mi mamá, el choripán que hizo mi viejo, los mates, los alfajores "Jorgito" rellenos de mousse (un éxito mundial), las facturas y demás delicias de mis pagos se ganaron una mención en este humilde blog. Pensábamos irnos una semana a Mar del Plata pero decidimos cambiar de plan y hacer algo que podrá dar risa a quienes aspiran a vacacionar lo más lejos posible de casa o ganas de llorar a quienes adoran veranear en La Feliz: elegimos quedarnos en Pergamino y -día a día- ir recorriendo los pueblos y ciudades de los alrededores (esos lugares que sabemos que están cerca pero nunca vamos). Así fue que anduvimos por Rancagua, Rojas, Arrecifes, Colón, San Pedro, San Nicolás, pasando por infinidad de pueblos en el camino, hasta El Tigre como último destino de la secuencia. Comparto con ustedes algunas fotos de la travesía.
viernes, 18 de enero de 2008
De regreso a casa, después de andar por casa
Coordenadas pa' no naufragar:
intensidades,
mi album de fotos
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