Esta foto también se enmarca en el viaje desde Recife a Jõao Pessoa pero merecía una explicación aparte. En el camino, se cruza una ciudad que se llama Abreu e Lima, que tiene unas llamativas esculturas desde que empieza hasta que termina su recorrido desde la ruta. Digo "esculturas llamativas" no por lo colosales sino todo lo contrario. La "pequeñez" de todas las obras que pudimos ver a lo largo del camino, dedicadas al mismo José Ignacio Abreu e Lima, a la justicia, a un cura que anduvo por ahí (repito: todas) parecían hechas por un escultor/a enano/a con ánimos de recrear el mundo a su propia imagen y semejanza.
Observen esta foto: el de la izquierda es Abreu e Lima después de una sobredosis de chiquitolina.
miércoles, 2 de mayo de 2007
Nordeste que me gustaste 6
Coordenadas pa' no naufragar:
cosa e' mandinga,
intensidades,
mi album de fotos
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