
¿Acidez? ¿Mala digestión?
Ahora ya sabemos por qué los/as brasileros/as son conocidos/as por cantar odas a la alegría, sonríen todo el tiempo y siempre tienen el cuerpo en magras y óptimas condiciones como para clavarse una docena de caipirinhas y sambar locamente bajo un sol de 47 grados centígrados: toman Sonrisal.
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