
El cuadro Adele Bloch Bauer, de Gustav Klimt, nos (a Mcleod y a mi) sigue por todos lados. Allá en mi departamento en Rosario tenía una imagen pegada en la heladera... Como la tiré a la basura en el medio de la caótica mudanza a Río, ahora vuelve para acosarme/nos/los/las/te. Si no me creen, vean esto que lanzó la Revista Caras pocos días atrás (brasilera, por supuesto):
A ver, a ver...
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